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Las jubilaciones suben 20,92% y los de haberes más bajos cobrarán bonos adicionales.

Para los que cobran la mínima el ajuste en junio será de 16,7%.

El aumento de las jubilaciones, pensiones y prestaciones sociales (asignaciones familiares y AUH) para el período junio-agosto será 21%. Y habrá un nuevo bono, con valores crecientes de hasta $ 15.000 en junio, $ 17.000 en julio y $ 20.000 en agosto para los que cobran la jubilación mínima según anunciaron el ministro de Economía, Sergio Massa, y la titular de la ANSeS, Fernanda Raverta.

Para los que cobran hasta dos jubilaciones mínimas el bono será de hasta $ 5.000. Los bonos no se integran al haber y no se calculan para el pago del medio aguinaldo que se paga en junio.

La jubilación mínima es hoy de $ 58.665 (brutos) más hasta $ 15.000 de bono. En total, $ 73.665. Con el aumento del 20,92%, la jubilación mínima será de $ 70.938. El haber máximo hoy de $ 394.763 sube a $ 477.347.

En relación a lo que están cobrando hoy los jubilados de haberes mínimos incluyendo el bono ($73.665), en junio el ingreso total sube a $ 85.938 ($ 70.938 más $ 15.000) y representa un aumento del 16,7%. En julio, con el refuerzo de $ 17.000, el ingreso total pasa a $ 87.938, el aumento es 19,4%. Y en agosto el ingreso total  sube $ 90.938 (23,4%).

Para los que cobran entre uno y dos haberes mínimos el aumento es menor porque se mantiene sin cambios el bono de $ 5.000 que cobraron en marzo, abril y ahora en mayo. En tanto, los que cobran más de dos haberes mínimos, ($ 141.874) no reciben ningun refuerzo, absorbiendo la pérdida frente a la inflación.

Con una inflación piso de 7,5% entre abril y junio, los precios acumularían 24,2% de suba, volviendo a deteriorar el poder adquisitivo de las jubilaciones.

En el primer trimestre el aumento previsional fue 17,04%, inferior a la inflación que fue 21,7%. Y en los doce meses previos marzo fue 79,8% versus una inflación interanual de 104,3%. Ahora, con esta suba de 20,92%, en el primer semestre la movilidad sumará 41,5% versus una inflación que rondará 50%.

Según Massa y Raverta, a junio el haber mínimo tendrá un incremento interanual del 130%. La Anses no otorgó ningun bono entre junio y agosto del año pasado.

La movilidad se calcula por mitades según la evolución trimestral de los salarios y de la recaudación tributaria.

El aumento comprende a más de 17 millones de personas, incluye las prestaciones sociales como asignaciones familiares y la AUH (Asignación Universal por Hijo).

De ser una compensación “por única vez” o “extraordinaria”, por la disparada inflacionaria, esos bonos pasaron a ser permanentes y en valores ascendentes. Y no pueden dejar de repetirse porque los aumentos por la movilidad quedarían anulados por la inflación si esos jubilados pierden el cobro de los bonos.

Luego de la pérdida del 19,5% de los haberes jubilatorios entre septiembre 2017 y noviembre 2019 durante el anterior Gobierno, el bono previsional para los que cuentan con haberes más bajos debutó con el actual Gobierno “por única vez” en diciembre 2019.

Así, se otorgaron bonos de $ 5.000 en diciembre de 2019 y enero de 2020 para las jubilaciones mínimas y otro de $ 3.000 en abril de ese año.

En abril y mayo de 2021 se dieron bonos de $ 1.500. En agosto se dio un bono de $ 5.000 y en diciembre de 2021 un bono de hasta $ 8.000. En 2022 hubo varios bonos y más frecuentes. En abril ($ 6.000) y mayo ($ 12.000). Y desde septiembre 2022 se repitieron todos los meses: septiembre, octubre y noviembre ($ 4.000/7.000), diciembre, enero y febrero 2023 (de $ 7.000/10.000). Y de marzo a mayo hasta $ 5.000 /$15.000.

La permanencia de los refuerzos se da porque la fórmula de movilidad – que combina salarios con recaudación tributaria que va a la Seguridad Social- no tiene una cláusula de garantía o compensación automática frente a la inflación. Y los bonos solo los reciben los jubilados y pensionados de haberes más bajos, achatando la pirámide de ingresos del sistema.

Además, como no se integran al haber, los bonos compensan a un sector de jubilados una parte del alza de precios del mes o meses en que se cobran, pero al mes o meses siguientes el ingreso total del jubilado vuelve al nivel pre-bono y se requiere que se otorguen nuevos bonos que pasan a ser más frecuentes.

Por otro lado, los bonos no se toman en cuenta para el pago de los medios aguinaldos ni para los futuros incrementos de los haberes. De esta manera, la pérdida jubilatoria continua “de por vida”.

En tanto, los que no cobran el bono – más de 2 millones de jubilados y pensionados- no tienen ninguna compensación y absorben, con una baja en términos reales de sus haberes, la pérdida completa ante la inflación.

Sin los bonos, la fórmula de movilidad en 2022 arrojó un 72,5% versus una inflación anual del 94,8%. Una pérdida del 11,5%. En marzo, la movilidad fue del 17,04% versus una inflación del 21,7%

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